–¿Cómo surgió la idea de realizar labores de desinfección en la provincia?
–La idea surgió de un compañero, que nos dijo que por qué no hacíamos labores de desinfección y de ayudar a la gente de los pueblos. Se lo trasladé al presidente de la Diputación, enseguida dijo que sí y ese mismo día por la tarde ya teníamos todo preparado. Al día siguiente, empezamos a desinfectar localidades con 14 voluntarios, más un compañero que está en el almacén y otro en la oficina. Después de dos semanas sin un día de descanso, volvimos a pedir voluntarios y se apuntaron otros cuatro compañeros y hemos podido ir haciendo turnos y tener más descanso. Están haciendo una labor importante en los pueblos.
–¿En qué consisten esas labores?
–Empezamos con las mochilas contraincendios que tenemos y compramos el hipoclorito sódico para desinfección. Todo lo que hemos necesitado nos lo ha facilitado la Diputación y hemos adquirido mochilas eléctricas y depósitos de autobomba. Nos centramos principalmente en la desinfección de aquellas zonas donde la gente puede tocar o circular, como el consultorio médico, bancos, tiendas, ayuntamientos, farmacias, residencias, cementerios y contenedores. Además, estamos coordinados con las mancomunidades, con el Servicio de Medio Ambiente de la Junta y con los medios que tienen algunos ayuntamientos.
–¿Cómo están viviendo estos días? ¿Existe el temor de contagio?
–La verdad es que no lo piensas. Vas porque hay que ir y haces el servicio lo mejor posible e intentando llegar a todos los sitios. Somos funcionarios, nuestra labor es el servicio público y esta es una ocasión de hacerlo y demostrarlo.