Emilio Sánchez es Director General de IDEA Ingeniería, y ha ideado el mismo principio de la construcción modular para proponer el uso de contenedores marítimos con el fin de poder generar estructuras sólidas de hasta 6 o 12 alturas, donde dar cabida de forma cómoda a todos los afectados por el virus. Podría ser un nuevo modelo de hospital capaz de hacerle frente a esta crisis sanitaria.
De esta forma, a través de su empresa, IDEA Ingeniería, aporta, de forma totalmente abierta y gratuita, su proyecto Shipping, para el diseño de estos hospitales modulares con contenedores marítimos. Un diseño optimizado energéticamente para garantizar el bienestar del paciente, incluso a temperaturas exteriores muy extremas, evitando problemas internos de temperaturas y condensaciones.
El COVID-19 está tensionando el sistema sanitario público-privado de todos los países donde avanza con ritmo exponencial. La primera consecuencia es la falta de camas en planta y UCI, para pacientes, que, además, deberían estar lo más aislados posibles, para contener la propagación del virus. Este hecho, deriva, no sólo del gran pico de pacientes afectados en un breve periodo de tiempo, sino también de que la estancia media de cada paciente (sólo en UCI), se prolonga de media hasta los 28 días, cuando en 2016, esta cifra era de menos de 8 días en total.
Este valor tiene un gran peso en el cálculo del número de camas previstas en un hospital. Si bien, entran en juego otros factores como las características socio demográficas y epidemiológicas de la población correspondiente al área de captación del hospital, la cartera de servicios del hospital, las distancias de las poblaciones atendidas por el hospital y la existencia de recursos hospitalarios alternativos en el área de captación.
“Por tanto, es lógico, hasta cierto punto, que ningún sistema sanitario pueda sostener una situación de este tipo, a no ser que se tenga un plan de contingencias sólido o, que se haga un esfuerzo titánico en las etapas más incipientes del problema. En España, por ejemplo, no ha pasado ni lo uno, ni lo otro, y se han optado finalmente por medidas improvisadas, como hospitales de campaña desplegados por el ejército o, el acondicionamiento de espacios como el IFEMA en Madrid”, indican desde Idea Ingeniería.
Espacios que vemos cómo se reconvierten por completo, y se replican en muchos de los países afectados por la pandemia, sin cumplir, en la mayoría de los casos, con las condiciones de confort y privacidad mínimas; además de poner en peligro al conjunto de los pacientes y personal sanitario, dada la gran carga vírica que se pone en común en dicho espacio abierto. Y si precisamente, la carga vírica a la que se expone un paciente, se ha demostrado que, en muchos casos, determina su gravedad, hablamos de un factor a controlar, verdaderamente crítico.
Estas edificaciones contarían con módulos medicalizados, UCIs, zonas comunes para el personal sanitario y habitaciones individuales con todas las comodidades, para los pacientes menos graves. Pacientes que, a día de hoy, se están reubicando en muchos casos, en hoteles medicalizados, dónde el espacio se reduce a una cama y un aseo. Estos contenedores, además, curiosamente, se acumulan en la mayoría de los grandes puertos de mercancías, dado que, cuando China, el mayor exportador mundial, los emplea para sus envíos, luego no quiere recuperarlos vacíos (sus importaciones son mucho menores), ya que su valor es inferior a los costes propios del transporte. Es decir, existe una alta disponibilidad a precio casi cero. Lo que supone que, si se optimiza el coste de su acondicionamiento, que es el fin que persigue IDEA, se genera un producto de muy alto valor a precio muy reducido. De forma que, si la construcción de los módulos se estandarizara por tipos, el crear un nuevo hospital, sería como juntar piezas de Lego.