Igualmente subrayó el incremento significativo, año tras año, en el número de trabajos relacionados con la rehabilitación y las energías limpias que el COGITIM está visando, señalando el compromiso de los profesionales del colegio en contribuir a la transición energética. “Nuestro colectivo de profesionales está igualmente concienciado en contribuir decisivamente en este proceso de transición energética en el que nos encontramos inmersos, hasta el punto de incorporarlo en nuestro código deontológico”, manifestó.
Enfatizó la importancia de no solo estar preparados técnicamente, sino también de ser sensibles y estar comprometidos con la sociedad: “No basta con estar preparados a nivel formativo para desempeñar nuestro trabajo, sino que también tenemos que ser profesionales sensibilizados para seguir trabajando en la construcción de una sociedad más sostenible y segura”.
Por otra parte, expresó la preocupación del colectivo por la seguridad en las nuevas instalaciones y reformas, indicando: “Somos agentes de la seguridad y nos preocupa todas las incidencias que pueden afectar directamente en la seguridad estructural o en materia de incendios, y en ese sentido tenemos abiertas varias líneas de investigación y estudio, con los que tratamos de concienciar a la sociedad para que sean capaces de evaluar cuáles son esos riesgos para evitarlos o minimizarlos”.
Finalmente, el decano reiteró la disposición del COGITIM para colaborar estrechamente con la Oficina Verde en la implementación y divulgación de iniciativas que promuevan una ciudad de Madrid más eficiente energéticamente y segura.
A continuación, tuvo lugar la intervención de Manuel A. Fernández Casares, quien compartió los hallazgos clave del estudio liderado por el COGITIM, sobre la “Influencia de las instalaciones fotovoltaicas en la seguridad estructural de los edificios”, en el que se abordan diversos aspectos críticos, incluida la posible vulnerabilidad de las estructuras ante la acción del viento sobre los paneles fotovoltaicos.
En respuesta a los desafíos planteados, se propuso un nuevo método para evitar la pérdida de equilibrio y el riesgo de colapso, debido a la influencia de las instalaciones fotovoltaicas durante ráfagas de viento intensas, “para garantizar la seguridad estructural frente al viento, nos hemos centrado en las instalaciones fotovoltaicas con paneles inclinados sobre cubiertas planas, proponiendo un método que evita la pérdida de equilibrio ante las grandes ráfagas de viento”, explicó Fernández Casares.
Además, se señaló que lo expuesto en la jornada sólo es parte del Proyecto de Investigación “SE-IS”, que ha ido aumentado su alcance, hasta incluir en la actualidad el estudio del impacto en la resistencia al fuego de las estructuras, tanto por influencia de las instalaciones fotovoltaicas, en cubiertas, como por la presencia de los vehículos modernos en los aparcamientos.
En resumen, la jornada informativa sirvió como plataforma para intercambio de ideas y opiniones sobre los desafíos y oportunidades asociados con la integración de instalaciones fotovoltaicas en la seguridad estructural de los edificios, destacando la necesidad de abordar estos temas de manera proactiva para garantizar la seguridad y el bienestar de la comunidad