“Procuramos ofrecer a nuestros egresados unas plataformas de formación potentes a la vez que asequibles, con cursos bonificados o gratuitos, en orden a que adquieran las máximas competencias técnicas en el desarrollo de su trabajo”, valora Villero.
En este punto destaca la importancia y “la necesidad” de pertenecer a un colectivo unido y regulado por el Colegio Oficial, que hace posible unir esfuerzos con el fin de alcanzar la excelencia profesional, al tiempo que ofrecer las necesarias garantías a los contratantes de sus servicios. “Porque para ejercer la Ingeniería Técnica Industrial es preceptiva la colegiación”, remarca el decano, no sin antes poner en valor que por ello estamos ante “una profesión regulada, lo que es sinónimo de calidad profesional”, ya que “no todas las titulaciones dan acceso a profesiones reguladas con atribuciones profesionales propias”, concluye.
Y es que uno de los principales objetivos del Colegio es garantizar ante la sociedad y el consumidor o usuario la adecuación del proyecto o trabajo profesional de un colegiado a la normativa legal vigente, así como el cumplimiento de los requisitos para suscribirlo y asumir la responsabilidad facultativa para que el proyecto a ejecutar tenga todas las garantías. Para ello y mediante el visado colegial, el Colegio acredita, además de lo anterior, que el profesional que diseña un proyecto posee la titulación adecuada, no está inhabilitado para ejercer su profesión y está respaldado por un Seguro de Responsabilidad Civil.
“Es más”, añade Villero, “respecto a la promoción profesional de nuestros colegiados, destacaría el sistema de acreditación DPC, un diploma profesional certificado que contiene la formación y experiencia profesional del ingeniero a lo largo de su vida profesional certificada por el COGITI”. “Este sello de garantía puede hacerse valer en múltiples contextos como procesos de solicitud de becas o subvenciones, en el curricumlun vitae, en concursos públicos, en procesos de selección o entrevistas profesionales”, explica.
Si todo ello es una buena prueba de que la Ingeniería Industrial está en constante evolución en cuanto a sus objetivos y formas de organización, en un ámbito tan actual como el del desarrollo sostenible da la medida de sus enormes posibilidades.
En cada momento la Ingeniería Industrial responde a su tiempo y hoy se le requiere una implicación directa en la búsqueda de soluciones ambientales mirando a la sostenibilidad. “Su aportación en el diseño de instalaciones, la realización de auditorías energéticas, la aplicación de técnicas a las energías renovables, el visado de parques fotovoltáicos y eólicos”, enumera Villero, “son una demostración de su papel activo en la búsqueda de soluciones medioambientales”.
Por último, cabe destacar, las múltiples aportaciones del colectivo durante este tiempo de pandemia con el fin de contrarrestar la amenaza del coronavirus, mediante la adecuación de los espacios y el desarrollo de la aplicación Simul AIR, analizador de riesgo de infección por vía aérea mediante aerosoles desarrollado por el COGITI, con el objetivo de concienciar a la población sobre la importancia de la calidad del aire y de cómo una buena ventilación puede reducir el riesgo de contagio.
Noticia publicada en “Andalucía Información”.