«El título es importante, pero hay que valorar al profesional por su trayectoria»
Dentro de los actos del 40 aniversario del Colegio Oficial de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Santa Cruz de Tenerife, se ha celebrado en la isla la Asamblea General 2016 de la Mupiti (Mutualidad de Previsión Social de Peritos e Ingenieros Técnicos Industriales), lo que ha traído aparejada la visita de José Antonio Galdón, presidente del Consejo General de Graduados en Ingeniería rama industrial e Ingenieros Técnicos Industriales de España (Cogiti). Este murciano, un motivador nato, ha cambiado a la profesión en España, modernizándola hasta el punto de que ahora es ejemplo para otros colectivos.
Su profesión está de enhorabuena por dos recientes noticias que tienen que ver con la denominación de la misma y con los derechos de los ingenieros técnicos industriales.
El Boletín Oficial del Estado publicó el pasado 16 de abril el Real Decreto 143/2016, de 8 de abril, por el que se aprueba el cambio de denominación del Consejo General de los Colegios Oficiales de Peritos e Ingenieros Técnicos Industriales por la de Consejo General de Colegios Oficiales de Graduados de la rama industrial de la Ingeniería, Ingenieros Técnicos Industriales y Peritos Industriales de España. De esta forma, la organización colegial queda plenamente actualizada a las nuevas titulaciones de Ingeniería y armonizada con las organizaciones profesionales de Ingenieros del resto de países a nivel mundial. Y por otro lado, una sentencia dictada por el Tribunal Supremo ha dado la razón a un graduado en Ingeniería Eléctrica, al que después de haber aprobado las oposiciones de Ingeniero Industrial de la Comunidad Foral de Navarra se le denegó el acceso a la misma por no tener la titulación de ingeniero Industrial. Esta sentencia ha dejado muy claro que puede ocupar una plaza porque queda validado al superar una oposición independientemente del título. Se sienta doctrina y pronto se sentará jurisprudencia. La titulación es importante, pero a un profesional se le debe valorar sobre todo por su trayectoria, que es lo que en el fondo interesa a las empresas.
Mirando a la crisis o al nuevo ciclo económico, ¿para la profesión lo peor ya ha pasado?
Nunca es el momento de bajar la guardia. Nunca hemos bajado los brazos y fue así desde un primer momento. Las cosas ahora están mejor, pero no nos vamos a relajar. Vamos a seguir potenciando los sectores donde estamos inmersos. No sé sí lo peor ha pasado o está por venir, pero trabajamos para que el mal momento sea historia.
Al comienzo de esta crisis se dijo que sería una oportunidad para reinventarse. ¿Qué lecciones deja lo vivido para ustedes?
El boom urbanístico causó aquella situación. Los cimentos de barro son la causa del desplome de los edificios. Las cosas hay que hacerlas con más cabeza, con más previsión. No se puede crear una burbuja tras otra. La vida nos enseña a todos y espero que hayamos aprendido la lección. Es importante decir que desde la rama de la Ingeniería Industrial hemos tenido que adaptarnos. Se ha visto movilidad. Muchos de los compañeros que estaban en la construcción han tenido que reinventarse. Este tipo de situaciones generan oportunidades pues el dinero va de un sector a otro. Nuestra versatilidad nos ha permitido reubicarnos. Nuestro paro no tiene el alto índice de otras profesiones. Oportunidades ha habido y seguirá habiendo.
¿Cómo debe afianzarse la profesión en el futuro?
La profesión lleva mucho tiempo afianzada. Tenemos solera, pero estamos evolucionando al tiempo que la sociedad, como por ejemplo saliendo a trabajar a otros países. Estamos vivos porque sabemos evolucionar. Lo que debemos hacer es ejercer la función que la sociedad espera de nosotros: dar seguridad, calidad, garantía e innovación. Mientras sigamos por este camino, continuaremos posicionados, pero buscando siempre los nuevos modelos.
¿Qué importancia tiene la sociedad digital a la que nos dirigimos para los ingenieros técnicos industriales?
El Cogiti tiene la plataforma on line con mayor número de cursos en España dentro del ámbito industrial. Una plataforma de calidad. Nos distinguimos también del resto por la solidaridad, pues los compañeros desempleados tienen becas de un 50% en la formación. Esto es así porque queremos que todos nuestros colegiados tengan trabajo. Ahora los colegiados con rentas inferiores a 15.000 euros también tienen becas del 50% en la formación.
¿Está satisfecho con la equiparación de la profesión a nivel europeo?
En el espacio europeo de educación superior se sentaron las bases para la existencia de un único ingeniero, cosa que en España no pasa, donde hay dos niveles. Nosotros cuando salimos al mundo somos ingenieros a todos los efectos. En ese sentido estamos satisfechos al vernos considerados. Afortunadamente estamos preparados y por eso se nos valora fuera de España. En otros países se demandan ingenieros y se nos están abriendo puertas. Muchas veces se habla de pérdida de talento, pero dentro de nuestro ámbito lo veo como algo bueno para el ingeniero. Cuando se acaba la carrera la meta es evolucionar y desarrollarse. Si esa oportunidad la tienes fuera, debes aprovecharla. Ahora mismo tenemos un plan de movilidad internacional, que lleva asociado un plan de retorno. Tenemos convenios firmados con muchos países. Bastantes de esos profesionales al volver a España tienen grandes opciones de encontrar trabajo. Todos los ingenieros españoles que he conocido trabajando fuera estaban deseando volver. Por esto no puedo hablar de pérdida de capital.
¿Y con la reforma de los estudios de Ingeniería?
Las empresas, que son las que evalúan a los nuevos profesionales, están satisfechas con la formación que se da en la universidad. Otra cosa diferente es la cuestión de la adaptación de los estudios de ingeniería. Para seguir manteniendo la dualidad se crearon los grados y luego un máster generalista. Esto es insólito en Europa. De resto, los estudios de grado son los mismos que en el resto del mundo.
¿Qué mensaje daría a los nuevos ingenieros?
Que confíen en sus posibilidades porque tienen una titulación que les va a abrir muchas puertas. Que aquí en Canarias hay dos grandes colegios profesionales que les ayudarán en sus retos. Les pido también que asuman responsabilidades confiando en su potencial. Deben dar a la sociedad lo que la sociedad les ha dado con innovación y competitividad. El futuro del país depende de esto.
¿Por qué no acaba de salir la ley de colegios y servicios profesionales?
Habría que decir que es necesario evolucionar para mejorar los servicios que ofrecen los colegios a sus colegiados y a la sociedad, que es nuestra misión.Lo que debemos mirar son los enfoques. No hay que verlo todo desde el punto de vista economicista, pues tenemos también una parte humana y social. Los gremios han existido siempre. Esas uniones para defenderse también son para servir a la sociedad. Soy vicepresidente de Unión Profesional donde estamos los 31 colegios profesionales de España y llevábamos tiempo trabajando con este gobierno en un borrador de la nueva ley. Últimamente hemos tenido un debate con todos los grupos políticos y hemos llegando a un consenso para impulsar la ley cuando tengamos un nuevo gobierno. Ese documento base ya existe y trabajaremos sobre el mismo.
En Canarias siempre se ha dicho que la lejanía y la ausencia de materias primas han frenado un mayor desarrollo industrial.
Canarias está estratégicamente muy bien situada y quizá desde la administración se debería potenciar más. El turismo es la base de la economía, pero se ha visto que no es bueno tenerlo centro todo en un solo sector. En España ya nos pasó con el boom de la construcción. Hay que equilibrar la balanza dentro de las peculiaridades de cada región. Es bueno diversificar, porque da tranquilidad.
¿Industria y respeto al medio son compatibles?
La industria genera riqueza y genera recursos para luego poder respetar el medio. La idea de innovar no es solo para ser competitivos, sino también para respetar el medio. Hay que ser sensibles, pero sin perder de vista los sectores que crean empleo. Por miedo tampoco se pueden frenar inversiones. Debemos generar posibilidades. Hay que ponerlo todo en la balanza. En Europa ya nos hemos dado cuenta que no es bueno deslocalizar toda la producción industrial.
¿Conoce el proyecto Gorona del Viento?
Desde el principio lo vi como un gran proyecto y muy respetuoso con el medio. Es un ejemplo a copiar. Mi doctorado es sobre el sistema energético español y trata del desequilibrio en nuestra balanza por la necesidad de importar energía a los precios que nos marcan. Todo lo que sea autoabastecernos, mejorará la balanza de pagos. España debe cambiar sus hábitos de consumo. Todo esto sin perder de vista los avances de la tecnología.
¿Un proyecto así es exportable a territorios más poblados?
Lo primero es tener un plan. En ese país nunca hemos tenido un plan energético. Debemos ir hacia un sistema seguro, que sea cada vez más autosuficiente y respetuoso con el medio o menos contaminante.
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