ENTREVISTA PUBLICADA EN “LA NUEVA ESPAÑA”
Con las ofertas de empleo al alza y a las puertas de una forzosa transición energética que obligará a cambiar los modelos de consumo, José Antonio Galdón Ruiz, presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial (Cogiti), aseguró ayer durante su visita en Gijón en el marco de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (Fidma) que su gremio está “preparado” para afrontar los cambios que se avecinan. La entidad trabaja, además, en un plan de concienciación para animar a que recién titulados se hagan autónomos y emprendan su propio negocio, un sector del gremio que está perdiendo personal desde hace unos años.
–¿Qué papel ocupa la ingeniería industrial tras la pandemia?
–Ahora mismo, nuestra profesión es totalmente necesaria ante lo que está por venir, tanto en la transición energética como en la transformación digital de las empresas. Gozamos de una magnífica salud. En estos dos años hemos tenido tiempo, hemos sabido aprovechar el parón para hacer los deberes y prepararnos para los tiempos que nos toca ahora vivir. Estamos en un nivel máximo en cuanto a ofertas de empleo y seguimos teniendo bastante estabilidad en cuanto a las matriculaciones. Algo muy bueno es que están subiendo las de las mujeres.
–¿Hay cifras?
–Hablamos de aproximadamente el 27 por ciento de matriculaciones de mujeres. Ha subido bastante, más de siete puntos desde 2015 y hasta hoy. Desde el Consejo y el resto de asociaciones hemos impulsado una exposición itinerante de mujeres ingenieras y unos premios de fomento a la innovación y a la tecnología para alumnos de Secundaria y Bachillerato, que están teniendo un gran impacto para despertar vocaciones tempranas. Queremos trasladar a los jóvenes que la del ingeniero es una profesión que les puede hacer feliz.
–Desde hace años es habitual que los ingenieros busquen ofertas mejor pagadas fuera del país. ¿Se teme esa fuga de talentos? ¿El teletrabajo ayudará a frenarla?
–El teletrabajo ayuda a evitar en parte esa movilidad, sí. Ahora bien, las ofertas de empleo para ingenieros en España están aumentando, así que menos gente tendrá que buscarse oportunidades fuera. Los más jóvenes sí tienen más interés en la movilidad, y aplaudo que salgan y lo prueben porque más adelante siempre tendrán tiempo para volver.
–Con la jubilación de los “baby boomers”, muchas profesiones temen no lograr un relevo generacional. ¿Cómo lo ven en su gremio?
–Estamos detectando problemas, y ya hemos puesto en marcha un plan para intentar solventarlo, que se centra en el ámbito del ejercicio individual de la profesión, en los proyectistas.
–¿Los autónomos?
–Sí. Fue siempre una parte esencial de este oficio, algo muy vocacional, y ahora notamos que los nuevos ingenieros no la contemplan tanto. Estamos diseñando un plan para fomentar este tipo de vocaciones, que significan ahora mismo un 16 o 17 por ciento de nuestra profesión.
–En su visita el año pasado explicaba que el repunte en el precio de la luz respondía a la falta de planificación política. Ahora estamos apagando escaparates en pleno contexto bélico. ¿La ciudadanía ha entendido el porqué de esta medida?
–Creo que es imposible entenderla bien con todo el ruido mediático que hay alrededor de un real decreto que no deja de ser una declaración de intenciones, un ponernos a todos en alerta para que seamos conscientes de que tenemos que consumir menos energía. Creo que hemos perdido muchas oportunidades hasta la fecha para poder haber ido concienciando a la ciudadanía de la importancia de la eficiencia energética. Es distinto al ahorro. El ahorro es cuando voy a oscuras por mi casa y no enciendo la luz. La eficiencia es que si en casa tengo una luz de incandescencia la cambio por una led y consumo un 10 por ciento. Es en esto último donde se debería haber trabajado antes.
–¿Cuándo?
–Por ejemplo, en 2013, cuando se hizo la certificación energética de viviendas. Fue un decreto que obligó a España a tener un número de certificaciones energéticas, se hiciesen como se hiciesen, así que se ejecutó mal y no se profesionalizó. Los certificados, como ahora, se siguen regalando por la radio o se hacen por teléfono. Nosotros nos quejamos amargamente de eso en su día porque podría haberse aprovechado para revisar las viviendas, ver cómo estaban energéticamente, hacer mejoras. Hoy se siguen viendo en las inmobiliarias carteles de compra y venta de viviendas que no contienen la certificación y la gente tampoco se ha concienciado aún de lo importante que es tener una vivienda energéticamente eficiente.
–¿Funcionará el nuevo decreto?
–Se ahorra más si tienes un escaparate con luces led encendidas desde las ocho de la tarde y hasta las doce de la noche que teniendo un escaparate con luces de incandescencia que apagas a las diez. Lo mismo con la climatización: funcionaría mejor un buen aislamiento en los edificios que poner tope a las temperaturas. Pero creo que este real decreto, como decía, es el aperitivo de medidas mucho más reales y estructurales que vendrán más adelante. Siento que lo de ahora son medidas que buscan más bien concienciar, y eso también es importante.
–¿Cómo ve el gremio en la región y su presencia en la FIDMA?
–El Colegio de aquí, con su decano, Enrique Pérez, marcan la estrategia y el dinamismo que buscamos. Venimos siempre a la Feria por eso, porque visibiliza la profesión, pero también por la parte técnica y científica. Hoy (por ayer), por ejemplo, hablaremos sobre el hidrógeno y su futuro, un sector que desde Gijón se está promoviendo, como debe ser.