Juan Ribas Cantero, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industrials de Baleares (COPETI-Balears), remarca que «con las evidentes excepciones de los centros educativos de reciente construcción, o en aquellos que se hayan desarrollado actuaciones de eficiencia energética con medidas para mejorar la calidad del aire interior o ventilación mecánica controlada (VMC), podemos afirmar que la mayoría de centros educativos carecen de sistemas que garanticen la calidad del aire».
Ribas recalca que la concentración de CO2 es uno de los factores fundamentales que inciden en la calidad del aire interior. En concreto el Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial, que aglutina los colegios profesionales de Grados, Ingenieros Técnicos Industriales y Peritos Industriales en todo el país, ha publicado varios artículos que arrojan luz sobre la importancia de la ventilación como medida de prevención contra la COVID-19, entre ellos la recomendación del uso de fondos europeos para sufragar la necesaria instalación de tecnología en las escuelas que vele porque la calidad del aire se encuentre siempre en unos estándares seguros.
«La investigación nos dice que el riesgo de transmisión por vía aérea de la COVID-19 en ambientes cerrados con mala ventilación es mayor que en el exterior. Ello no depende tanto de la calidad del aire como de la adecuada renovación que se realice aportando aire exterior», apunta el decano de los ingenieros técnicos baleares.
Sobre la información que refiere dudas de la comunidad educativa de la utilidad de los medidores de CO2, Ribas apunta que se necesitan más parámetros para explicar esa «aparente dispersión de medidas indicadas. Se deberían realizar ensayos en condiciones controlables para determinar la fiabilidad de los aparatos», añade.
Finalmente, cuestionado sobre la conveniencia de extender la utilización de este tipo de dispositivos en otros espacios con acumulación de personas, como por ejemplo las oficinas, el representante de los ingenieros técnicos prefiere poner el foco en la necesidad de contar siempre con «el asesoramiento de profesionales expertos que estudien y analicen las condiciones particulares de los recintos destinados a personas, independientemente de su uso, y elaboren un protocolo de medidas de actuación respecto a la ventilación de estos espacios».