Diario HOY, 08/03/2014
La semana pasada se celebró en Barcelona un interesante congreso sobre las nuevas tecnologías telefónicas. Todo pintaba muy bien para el futuro, es verdad. Pero en mitad de un vendaval sobre el mundo de mañana un periodista miró el listado de prestigiosos ponentes y ¡uh, qué raro! más del noventa por cien eran varones. Luego, paseé por los futuristas estands y resulta que el noventa por cien del personal que atendía al público eran mujeres. Muy futurista todo, ¿no?
Esa musiquilla del sexismo en las profesiones se me metió en la cabeza y como pura curiosidad quise comprobar el porcentaje de hombres y mujeres en nuestro querido Colegio Profesional de Peritos e Ingenieros Técnicos Industriales de Badajoz: 90,15 por ciento de hombres y 9,85 por ciento, mujeres. Así es, hoy, a 8 de marzo de 2014.
No hay suficiente presencia femenina en los campos de la ciencia y la tecnología, lo sabemos, pero no por sabida deja de ser preocupante esa división profesional por sexos que todavía sigue imperando en nuestra sociedad. Estamos asistiendo a cambios, claro. Profesiones como periodistas, abogadas, profesoras se han feminizado enormemente en las dos últimas décadas. Pero las ciencias… Y no digamos ya las ingenierías. ¿Por qué? ¿Por qué la ciencia sigue siendo sexista? ¿Tal vez porque las niñas no juegan con mecanos? ¿Tal vez porque a las chicas no se les hizo soñar con carreras científicas o tecnológicas?
Seguramente las causas de ese alejamiento de casi la mitad de la población española de profesiones como las ingenierías obedezcan a muchos y antiguos factores. Pero creo que es necesario invertir esa situación. Con urgencia, a ser posible.Y, superada la etapa de la formación, por favor, dejemos que se desarrollen como profesionales. Sería una pena que al incorporarse al mundo laboral tuvieran que escuchar: «Cumple usted con los requisitos pero, lo sentimos, no podemos contratarla». Esa fue mi primera experiencia en una gran multinacional.
Hoy, por fortuna, grandes compañías como Google, BlackBerry o Twitter están desarrollando ahora programas para incorporar mujeres a sus áreas tecnológicas.
Aquí también podemos y debemos tomar medidas. Desde nuestro Colegio de Peritos e Ingenieros Técnicos Industriales de Badajoz hacemos una reflexión, una invitación a las familias, a los profesores, al Gobierno de Extremadura, a todo el que entienda que la mitad de la población no puede seguir fuera de ciertas profesiones. ¿Por qué no les explicamos a las niñas extremeñas que las ciencias e incluso las ingenierías son (también) cosas de chicas?
Si desean hacer algo en esa dirección nuestro Colegio estará muy honrado en prestar toda su colaboración. Créanme, merece la pena.