En total participaron 72 concursantes de entre 18 y 30 años divididos en grupos, todos ellos estudiantes o recién titulados en estudio técnicos. Se presentaron finalmente 26 proyectos, en distintas categorías, todas ellas de edificación. El jurado, formado por representantes de las entidades organizadoras, destacó el “alto nivel de las estructuras presentadas, destacando diseños innovadores y realmente resistentes al movimiento sísmico”.
De los cinco premios, el 1º y 3º quedaron desiertos al pertenecer a categorías de Aerogeneradores. Los premios tenían una dotación económica de 1.200 euros en total.
Ganadores:
- Premio a la mejor capacidad estructural dentro de la categoría “Edificio sometido a seísmo (prueba oscilante)”: se valoró la mayor carga gravitatoria resistida ante un mismo movimiento oscilatorio (seísmo). El equipo ganador estuvo compuesto por Marieme Obama, Maria Fernanda Moreno y Sarai Natalia Alegría. Llegando a soportar una carga de 10 kg.
- Premio al mejor diseño dentro de la categoría “Edificio sometido a seísmo (prueba oscilante)”: se valoró el proceso de diseño y resultado final más original. El equipo ganador estuvo formado por Ana Etayo, Natalia Carballo y Amelia Menasanch.
- Accésit para el mejor diseño de los estudiantes de la Escuela de Arquitectura de la UNAV: se valoró el proceso de diseño y resultado final más original. El equipo ganador estuvo formado por Elvira García y Tomás Hurtado.
El objetivo del concurso fue que los estudiantes analizaran la competencia de sus estructuras respecto a una carga gravitatoria con el añadido de un movimiento oscilatorio, tal y como sucede en un evento sísmico real, y de hecho los test que se llevaron a cabo fueron similares a las pruebas que se realizan en ingeniería sísmica profesional.
Para ello, sirviéndose de una mesa especial, con una máquina construida para tal fin por una de las empresas organizadoras, que permite replicar el movimiento sísmico para dos estructuras a la vez, los estudiantes variaron en las pruebas las fuerzas sísmicas en función de la resistencia que mostraron las estructuras. En su elaboración se podía emplear como máximo un kilogramo de espaguetis y ayudados de una pistola de silicona caliente tenían que construir un edificio con una cimentación de 60 cm de base y una altura de algo más de un metro.
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