A continuación, reproducimos la entrevista publicada el pasado 11 de agosto en el diario «La Nueva España», en la que José Antonio Galdón repasa interesantes temas de actualidad relacionados con la profesión.
«La Nueva España» (11/08/2017)
El murciano José Antonio Galdón huye cada año de la canícula para refugiarse en Asturias, donde acude a las jornadas organizadas por el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Asturias, en calidad de presidente del Consejo General de Graduados en Ingeniería de la Rama Industrial e Ingenieros Técnicos Industriales de España (COGITI).
-Nuevamente en Asturias, ya se está convirtiendo en una tradición.
-De hecho, ya es una tradición de la ingeniería española el venir todos los veranos a Asturias a cargar pilas, coger fuerzas y nuevas ideas para seguir trabajándolas y desarrollándolas durante todo el año.
-La suya es una ciencia multidisciplinar, ¿qué posibilidades ofrece?
-Hicimos un estudio del mercado laboral y precisamente las empresas lo que más valoran es esa capacidad de adaptación y esa multidisciplinariedad que tienen los ingenieros, que abarcan muchísimos campos y con una gran capacidad de adaptación a todas las nuevas tecnologías que van surgiendo en el sector. Si la industria va evolucionando, la ingeniería ha de hacerlo al mismo nivel o más rápido aún si cabe. Por eso nuestra profesión sigue siendo una de las más demandadas por las empresas.
-¿Cuáles son las cualidades que ha de tener un buen ingeniero industrial?
-Por un lado, la técnica, la capacidad científica, de imaginar, la inventiva para solucionar problemas y mejorar los nuevos sistemas de producción, que es lo que más se nos pide a los ingenieros. También se valora mucho, como en todas las profesiones, el trabajo y la entrega. Cuando una persona pone voluntad, entusiasmo, ilusión en todo lo que desarrolla, siempre es todo mucho más fácil.
-¿Dónde son más necesarios?
-Hoy en día, en todos los sectores productivos, aunque está claro que la mayor presencia está en la industria manufacturera. Pero también hay sectores históricos que están ahora mismo en pujanza y que van a ser un campo estratégico para nuestra profesión, como el energético. La transición energética va a necesitar muchos ingenieros y va a abrir oportunidades profesionales, porque van a ser necesarias nuevas infraestructuras, nuevas plantas de producción, y se va a tener que adaptar al sector y a los consumos de la energía.
-La transición energética abre un enorme debate…
-Sí, porque es muy necesaria, es de lo que adolecía siempre España: de una política energética clara a medio y largo plazo, donde se marcase una estrategia sin vaivenes. Es muy importante tener claros los cuatro pilares en los que se tiene que basar la estrategia energética.
-¿Cuáles?
-Se tiene que garantizar la capacidad y calidad del suministro para mantener el tejido productivo y el nivel de vida cotidiano. Ha de ser limpio, bajo en emisiones y que permita un desarrollo sostenible en el tiempo, con una apuesta importante por las energías renovables. Otro aspecto importantísimo es que sea económico, hay que conseguir que esa energía renovable sea más barata que los combustibles fósiles. Por último, hay que buscar el autoabastecimiento.
En España tenemos una dependencia energética por encima del 70% y tenemos que disminuirla para mejorar nuestra economía. Si no tenemos petróleo ni gas, pero tenemos sol y viento, tenemos que utilizar las energías que somos capaces de producir.
-¿Qué va a conllevar todos estos cambios?
-Indudablemente, un cambio de modelo energético en el que se van a tener que ir sustituyendo los combustibles fósiles por energía eléctrica. Eso va a hacer que tengamos que cambiar nuestro modelo de locomoción hacia el vehículo eléctrico, de calefacción hacia las bombas de calor, en las industrias se va a tener que aprovechar energías como la biomasa.
Pero sobre todo, tenemos que ser capaces de optimizar el consumo de energía. No podemos estar hablando de un modelo energético sostenible y limpio si no lo acompañamos de modelos de ahorro y eficiencia energética, sin despilfarrar.
-Tras tantos años de fuga de cerebros, ¿está maduro el mercado español para que los egresados puedan volver?
-Está madurando. Es cierto que algunos están volviendo, pero otros se siguen yendo, no está todo solucionado, tenemos que seguir trabajando mucho, aunque es cierto que hay muchos que están volviendo. Desde el principio siempre he defendido que es muy bueno que salgan fuera y se desarrollen profesionalmente y conozcan otra cultura. Al final, esa experiencia es la que les ha hecho que tengan un buen puesto de trabajo aquí por el que volver. Lo importante es que los que nos quedemos aquí podamos generar buenas oportunidades de empleo para que los que están fuera puedan volver.
-¿La formación está asumiendo los cambios constantes del sector?
-La formación universitaria siempre va más lenta que la realidad de las empresas, que lo que se está palpando en la industria.